El caso de las ninfas perdidas

En una misteriosa casa, se levanta un chico que se llama Manuel de 35 años que se levanta para ir al baño. Al salir del baño, escucha algo extraño fuera de su habitación que parece un sonido. Camina por un momento por el pasillo y sigue escuchando el sonido más fuerte. Manuel camina por el pasillo y nota que el sonido viene de una habitación. En la habitación, ve una misteriosa campana que se mueve y tintinea misteriosamente en el aire. Manuel se queda mirando fijamente la campana con los ojos muy abiertos y siente como sueño, pero en ese momento trata de agarrar la campana. Al tomar la campana, está se transforma en una llave. Esta llave parece como broqueada y Manuel trata de buscar en la habitación una caja la cual abriría la caja. Entonces sale corriendo al pasillo y de nuevo escucha un sonido, por el pasillo ve moverse unos espectros como verdes. Manuel se da cuenta que son como ninfas que tienen en su cabeza hojas. Estás ninfas salen caminando por el pasillo y se dirigen hacia una habitación la cual tiene un dormitorio. Este dormitorio tiene una caja, la cual Manuel supone es la que abre la caja. Cuando abre la caja, está tiene en su interior, unas esferas como de color onix. Cuando agarra las esferas de onix, estás se vuelven como color dorado. Entonces Manuel ve que las ninfas, caminan hacia un lugar como un cuarto que tiene una extraña televisión que muestra unas imágenes muy curiosas. Estás imágenes, son como digitales y cuando ve la tele saca de su pantalla unos rayos como azules y sale de pronto una mano también de la televisión. Cuando agarra la mano, está se vuelve dorada y la pone en la caja. Entonces de la caja, sale una especie de humo que se va hacia arriba. Este humo, se vuelve como púrpura y de ahí, salen unos ojos brillantes. Los ojos brillantes se quedan mirando a Manuel, quien huye hacia otro lugar de la casa. Entonces el humo va tras Manuel, quien decide meterse a una habitación. En esa habitación, se acuesta Manuel en una cama, y se pone boca arriba viendo el techo. Entonces los espectros tocan la puerta e insisten que Manuel abra la puerta. Manuel agarra un péndulo con un cristal y abre la puerta y se los enseña a los espectros. Estos se retiran y regresan por el pasillo, lanzando humo verde. Cuando los espectros se retiran, Manuel de nuevo agarra el péndulo y lo pone junto a su cama.