martes, 25 de diciembre de 2012

El perro merodeador

Me acuerdo exactamente; yo salia de mi trabajo. Entonces, donde yo trabajaba era un edificio de oficinas del centro.Salia ya casi hacia la madrugada. Como yo vivía cerca del trabajo, nada mas caminaba cinco cuadras. Caminando, sentía la soledad inminente del silencio. Me detuve un momento a encender un cigarrito. Cero autos. De pronto, escuche un gruñido. Me detuve casi instintivamente, voltee lentamente. Casi a un distancia cercana y lejana, veo un gran perro. Negro como la misma noche. Sus ojos brillaban en esa obscuridad traicionera. Por minutos, nos quedamos mirándonos.  Luego, tratando de ignorar aquello y siguiendo mi camino me incorporo a caminar normalmente. Camino casi tres cuadras y de nuevo volteo de reojo. El perro me sigue con sus ojos malévolos. Sigo caminando. Casi llego a mi casa. Saco las llaves y antes de abrir mi puerta, volteo de nuevo. El perro ya no se encuentra. Casi satisfecho me meto a mi casa. Me cambio de ropa, y me meto a mi cama. Entonces, volteo a un lado y vuelvo a ver esos ojos malévolos. Después... Todo silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario